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Reconectar tras las vacaciones

En periodos de vacaciones es habitual hacer un esfuerzo extra por desconectar de la rutina diaria en general, y del trabajo en particular. Algunos ponemos especial empeño avisando a nuestro entorno personal y de trabajo que no estaremos disponibles durante varios días. Tanto es así que, para no caer en la tentación (o en la trampa), incluso desinstalamos las aplicaciones móviles que nos puedan mantener atados al trabajo o a rutinas personales diarias de las que también necesitamos alejarnos. Desconectar no solo es recomendable, sino necesario.En el mejor de los escenarios de descanso, durante las vacaciones hemos estado de viaje, al menos lejos del hogar habitual, sin tener que afrontar las tareas propias que exige una casa, o menos preocupados por ello. Además, en este ambiente ideal de desconexión, no hemos tenido acceso a nuestro ordenador personal y a un televisor, por lo que hemos tenido la suerte de limitar la cantidad de información que nos bombardea cada día. Y quizá menos probable, en unas vacaciones de absoluta desconexión digital, no hemos conectado a Internet con ninguno de nuestros dispositivos, voluntaria o involuntariamente.En cualquier caso, si hemos disfrutado de unas vacaciones relativamente analógicas y ya estamos de vuelta, es momento de reconectar y volver a la realidad, que también está muy bien. Habrá muchas cosas que se irán «encendiendo» automáticamente, que no dependen de nosotros y que habrá que ir asimilando. Otras, sin embargo, están totalmente en nuestra mano y convendrá ir «enchufándolas» poco a poco. Qué prisa hay.En mi caso, después de un tiempo de desconexión, me he estado planteando la mejor forma de ir volviendo a la rutina. Y he decidido hacerlo progresivamente, dando prioridad a lo que realmente importa. Escribir un post sobre este tema no era una urgencia, pero ayuda a organizar ideas y todo lo que tiene que ver la organización al menos es importante.

Tiempo de lectura: 5 minutos

En tiempo de vacaciones es habitual hacer un esfuerzo extra por desconectar de la rutina diaria en general, y del trabajo en particular. Algunos ponemos especial empeño avisando a nuestro entorno personal y de trabajo que no estaremos disponibles durante varios días. Tanto es así que, para no caer en la tentación (o en la trampa), incluso desinstalamos las aplicaciones móviles que nos puedan mantener atados al trabajo o a rutinas personales diarias de las que también necesitamos alejarnos. Desconectar no solo es recomendable, sino necesario.

En el mejor de los escenarios de descanso, durante las vacaciones hemos estado de viaje, al menos lejos del hogar habitual, sin tener que afrontar las tareas propias que exige una casa, o menos preocupados por ello. Además, en este ambiente ideal de desconexión, no hemos tenido acceso a nuestro ordenador personal y a un televisor, por lo que hemos tenido la suerte de limitar la cantidad de información que nos bombardea cada día. Y quizá menos probable, en unas vacaciones de absoluta desconexión digital, no hemos conectado a Internet con ninguno de nuestros dispositivos, voluntaria o involuntariamente.

En cualquier caso, si hemos disfrutado de unas vacaciones relativamente analógicas y ya estamos de vuelta, es momento de reconectar y volver a la realidad, que, por cierto, también está muy bien. Habrá muchas cosas que se irán «encendiendo» automáticamente, que no dependen de nosotros y que habrá que ir asimilando. Otras, sin embargo, están totalmente en nuestra mano y convendrá ir «enchufándolas» poco a poco. Qué prisa hay.

En mi caso, después de un tiempo de desconexión, me he estado planteando una vez más la mejor forma de ir volviendo a la rutina. Como de costumbre, he decidido hacerlo progresivamente, dando prioridad a lo que realmente importa. Escribir un post sobre este tema no era una urgencia, pero ayuda a organizar ideas y todo lo que tiene que ver la organización al menos es importante.

La actualidad puede esperar

Que sí, que estar informado está muy bien. Pero las noticias pueden esperar. Empiezo por este punto porque seguramente es el primero que nos vamos a encontrar al volver de vacaciones. El choque con la información de actualidad es inevitable, tanto en televisión como en redes sociales.

Además, los que somos habituales de los blogs y utilizamos un lector de feeds, encontraremos cientos de nuevas entradas esperando en la bandeja de entrada. De momento que esperen. Si han estado allí esperando varios días, pueden hacerlo unos cuantos más. Cuando empecemos a revisar la lista de artículos, convendrá hacerlo siguiendo un orden y estableciendo prioridades. Como ya he aconsejado en más de una ocasión, elimina sin compasión: si algo queda sin leer, el mundo sigue girando.

Reservémonos un tiempo para reconectar con la rutina. Y respetémoslo. Desde luego habrá compromisos con ciertas personas a la vuelta de vacaciones, quizá importantes, pero seguramente no urgentes. Seguro que podemos posponerlos algunos días. El objetivo no es otro que no sobrecargar innecesariamente nuestra cabeza de información y de compromisos, sobre todo tras un periodo de desconexión.

Echar el cierre

Estuvo bien, pero hay que aceptar que las vacaciones llegaron a su fin. En la medida de lo posible conviene ir cerrando progresivamente el periodo de descanso. Es importante no dejar tareas pendientes relacionadas con el viaje del que acabamos de volver.

Seguro que hemos hecho fotografías y probablemente unas cuantas docenas; cientos hacemos los aficionados a la fotografía. No se trata de llevar a cabo de principio a fin el siempre arduo trabajo de revisar las fotos, organizarlas y editarlas. Tras el viaje, bastará con descargar en el ordenador los archivos y guardarlos de la forma más organizada posible, haciendo alguna copia de seguridad, siempre conveniente. Sobre todo se trata de no dejar abandonado el tema de fotos. Ya conocemos el riesgo de olvidar o perder las tarjetas de memoria, y por tanto, muchos recuerdos. Descargar y guardar. Ya llegará más adelante el momento de abrir la colección de fotos del viaje para ponerse a fondo con ello.

«Echar el cierre» significa realizar todas las tareas que siguen atándonos a las vacaciones que acabamos de disfrutar. Incluso terminar el libro que hemos dejado a medias durante el viaje. Sin embargo, deshacer maletas y poner lavadoras será posiblemente la primera de las obligaciones al llegar a casa tras un viaje. «Llenar» la nevera, quizá sea la segunda. Sin embargo, seguramente hay otros tipos de papeleos que debemos resolver cuanto antes: reclamaciones, cuestiones médicas o temas con seguros. Pero «cerrar el viaje» también consiste en devolver la normalidad a nuestra casa, seguramente alterada por la llegada de maletas, bolsas y quién sabe qué más. Es importante volver al orden para poder empezar con las rutinas diarias cuanto antes.

Revisar, no atender

Por mucho esfuerzo que hagamos por desconectar durante los días de vacaciones, llegarán a nuestra cabeza ideas relacionadas con el trabajo o con nuestra rutina personal. Será inevitable. Y en estos casos, para que ese pensamiento no invada nuestro tiempo de desconexión durante las vacaciones, lo más efectivo es dedicar unos segundos para anotar las ideas. Funciona.

En mi caso, he utilizado la aplicación Drafts para anotar esas ideas que de pronto decidieron aparecer en un vuelo o mientras paseaba. Una simple libreta también sirve para el mismo propósito. Si la idea es interesante o el recordatorio es importante, merece la pena dedicar un instante a dejarlos por escrito. Desde luego mejor que dando vueltas en nuestra cabeza.

Por tanto, ahora, en esta fase de reconectar con la rutina, es cuando conviene revisar y organizar todas las notas que tomamos en vacaciones, sobre todo en busca de nuevas tareas y proyectos. Y si utilizamos algún método de organización, ahora es el momento perfecto para hacer una buena revisión a fondo de listas de tareas y proyectos. Como ya he comentado en este blog, yo utilizo GTD como sistema de organización personal, que lo pone todo infinitamente más fácil, sobre todo tras un periodo de cierta desconexión. No hay nada que una buena «revisión semanal» de GTD no arregle.

Y finalmente, los mensajes. Así como podemos tener una idea sobre el estado en que dejamos nuestras listas de tareas, y su carga de trabajo asociada, lo que siempre genera incertidumbre es la bandeja de mensajes. O bandejas. ¿Qué me encontraré en ellas? En este punto incluyo cualquier tipo de mensaje que nos pueda llegar al abrir alguna de las bandejas de entrada: de correo electrónico, de aplicaciones de la empresa, de redes sociales o de servicios de mensajería instantánea. De repente imagino una presa abriéndose, y en estas circunstancias, sigo pensando que la mejor de las estrategias es la de «no atender, solo revisar», eso sí, tomando aire primero.

Fotografía «ON» | ivke32 en Pixabay
Fotografía «Noticias» | Firmbee en Pixabay
Fotografía «Llave» | MasterTux en Pixabay
Fotografía «Mensajes» | Tumisu en Pixabay

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