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En alguna ocasión anoté en mi lista de tareas «instalar y probar editor Cold Turkey» con la intención de utilizar el programa cuando tuviera algo más de tiempo. Si me parecía interesante, publicaría alguna reseña sobre él. Y en ello estoy: abriendo la aplicación por primera vez y casi obligado a escribir ya la reseña de lo que estoy viendo. Tampoco tengo muchas más opciones. Estoy atrapado en el programa.
Cold Turkey Writer es un editor para escribir sin distracciones. Y de momento (es decir, ahora mismo mientras escribo esta líneas) está cumpliendo su función principal. He instalado el programa hace unos segundos para probar su funcionamiento y al empezar un nuevo proyecto, ha aparecido un mensaje ofreciendo tres opciones. Dos de ellas permiten bloquear cualquier función del sistema que no sea el propio editor Cold Turkey Writer. La tercera permite trabajar sin ningún tipo de limitación. El primer tipo de bloqueo se desactiva cuando hayamos escrito con el editor un mínimo número de palabras que nosotros mismos especificamos. Con el segundo tipo de bloqueo podemos establecer un tiempo mínimo durante el cual deberemos estar escribiendo (o dejando pasar el tiempo, claro). Transcurrido ese tiempo límite, el editor habilitará de nuevo todas las funciones del sistema.
Os aseguro que el programa realmente bloquea el sistema. De hecho no puedo salir del entorno de edición de Cold Turkey Writer. ¿Por qué estoy atrapado? Porque me he empeñado en probar el primer modo de bloqueo, que no permite salir de la edición de texto hasta que escriba un mínimo de 700 palabras. He especificado ese número porque es el tamaño más o menos estándar los posts de este blog, ni muy largo ni muy corto. Así me he visto obligado a escribir. Y puestos a teclear palabras sin sentido, he decidido escribir esta particular reseña del programa. Y en ello estoy ahora mismo. Como decía, el programa está cumpliendo su función. Un fondo gris muy claro cubre toda la pantalla de mi ordenador y en el centro, un documento con fondo blanco muestra estas líneas.
Me gustaría poder escribir en claro sobre oscuro, como hago habitualmente con Scrivener, pero veo que esas opciones están reservadas para la versión Pro. Un pequeño botón en la zona inferior izquierda de la pantalla, permite desplegar un menú con algunas opciones de configuración del entorno de edición, todas deshabilitadas por defecto. No tengo permisos para cambiar la opción seleccionada por defecto o su estado de activado a desactivado y viceversa. Con estas opciones, al parecer, podemos elegir entre dos tipos de letra, entre tres tamaños de letra y entre dos tipos de tema (claro y oscuro). También tenemos las opciones de desactivar varias funciones del teclado: la selección de texto, el movimiento con las teclas de flecha, el borrado de texto (tecla backspace), el borrado con la tecla suprimir y la opción de copiar y pegar texto. Solo esta última aparece desactivada, y por tanto, mientras escribo estas líneas, no tengo la opción de copiar o cortar un fragmento de texto para llevarlo a otro punto del documento. Prohibir el uso de esta función tan común en los sistemas operativos quizá pretenda fomentar la escritura creativa y fluida, y evitar el constante corta y pega en la redacción de textos que tanto nos distrae. La única habilitada es la de «Upgrade de ‘Pro’». Entiendo que adquiriendo está versión superior, habrá posibilidad de personalizar el entorno de edición.
Sigo escribiendo y me pregunto cuántas palabras habré tecleado. Ni siquiera dispongo de un contador de palabras (sería otro elemento de distracción, de hecho). Entiendo que en algún momento, al llegar a la meta de palabras (solo espero no haber tecleado 7000 por error), el programa desbloqueará el ordenador y podré utilizar el sistema, minimizar la ventana del editor y seguir trabajando con “normalidad”.
Un momento. Veo una barra de progreso. Aparece sutilmente en la zona superior del editor, bajo el nombre del programa. Y aparece casi al 100%. Debo esta cerca de las 700 palabras.
Más por curiosidad que por necesidad, he intentado en varias ocasiones salir del programa con alguna combinación de teclas, pero no lo logro. No hay manera. Digo yo que debería haber algún mecanismo de emergencia (que no sea apagar y encender el ordenador).
Me acabo de dar cuenta de que en la parte superior del editor acaban de aparecer dos opciones nuevas. Quién sabe cuánto tiempo llevan ahí. Supongo que habrán aparecido cuando he alcanzado las 700 palabras. La primera opción dice “Snooze (10 min”). La segunda, “Save and Quit”. Hago clic en esta última opción. Aparece un cuadro de diálogo para guardar el archivo en una carpeta de mi ordenador. El editor lo guarda en texto plano; un simple archivo .txt sin formato.
Reconozco que la experiencia ha sido frustrante en los primeros dos minutos pero satisfactoria el resto del tiempo. Hasta que no he alcanzado la meta de número de palabras, no he parado de escribir. Si el propósito era escribir sin distracciones un rato, objetivo cumplido. Y ahora que ya puedo acceder al resto de programas de mi ordenador, ya puedo navegar por la web en buscar de algo más de información sobre el programa.
El programa Cold Turkey Writer lo descubrí en el canal de Thomas Frank en YouTube. Ya hablé en el blog de él y de sus proyectos. Os dejo un vídeo en el que explica brevemente las funciones del editor.
Cold Turkey también presenta otros productos como Blocker y Micromanager. El primero es un programa que permite bloquear páginas y aplicaciones de nuestro ordenador, buscando la productividad y concentración del usuario. Micromanger se presenta con el lema «La multitarea está sobrevalorada» y permite habilitar solo las aplicaciones que necesitamos para trabajar. Creo que estas dos apps bien merecen un post. Próximamente.
Cold Turkey Writer | getcoldturkey.com/writer
Fotografía «Escribiendo» | Life-Of-Pix en Pixabay
2 Comments
Buenas! Aquí Jaír, de EfectiVida.
Jejeje. Vaya! Parece que te dejaste encarcelar!!
Conocí algunas apps así cuando investigué para uno de mis artículos sobre mecanografía. Incluso existen máquinas de escribir electrónicas (modernas) que concentran al usuario en la única labor de escribir.
En mi caso, este tipo de apps no me resultan útiles, pues suelo hacer búsquedas en internet para comprobar datos, o añadir recursos.
Aún así, me parece muy útil para diarios personales o simplemente para descargarte.
Muchas gracias por compartir tus experiencias. Siempre aprendo algo al leerte.
Saludos desde Las Palmas!
En ocasiones es importante tener un momento para escribir y solo escribir, sin distracciones, sin interrupciones constantes, propias y ajenas. Y este tipo de programas nos obligan de algún modo al principio. El objetivo final es no necesitarlos y ser capaces de escribir durante un buen rato sin salir del entorno de edición que estemos utilizando. ¡Gracias a ti! ¡Saludos!