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Al cabo del día hacemos muchas cosas y dejamos de hacer otras tantas que dificultan nuestro trabajo diario y no nos dejan avanzar al ritmo que deseamos. Algunas son difíciles de evitar; otras las permitimos sin más. Pensaba el otro día que la lista es infinita, pero que sería interesante compartir algunos ejemplos de malos hábitos o prácticas que matan nuestra productividad.
- Un teclado inadecuado.
- Las tareas urgentes disfrazadas de importantes.
- Cambiar constantemente de herramienta.
- No conocer a fondo los programas informáticos que más utilizamos.
- Tener el teléfono móvil cerca y encendido mientras trabajamos.
- Usar un método de organización demasiado complejo.
- No saber escribir rápido con el teclado.
- No tener nuestros dispositivos electrónicos preparados para trabajar.
- Dejar que nos interrumpan.
- No haber aprendido a vencer la procrastinación.
- No tener un espacio de trabajo adecuado.
- Una mala decisión sobre qué tarea debemos realizar a continuación.
- Trabajar sin hacer las pausas recomendadas.
- El desorden en archivos y carpetas, digitales y en papel.
- Practicar la multitarea.
- La falta de claridad. No hay nada más improductivo que hacer bien las tareas equivocadas.
- Tener demasiados frentes abiertos, cuando probablemente sobran la mitad.
- Dejar las tareas difíciles para el final. Trágate el sapo primero.
- No dormir lo suficiente.
- No empezar el día con un plan de trabajo bien definido.
- Abrir el correo electrónico y mensajes instantáneos como primera tarea del día.
- Las reuniones largas. En general, las reuniones.
- Un ordenador lento.
- Un entorno de trabajo inapropiado.
- El perfeccionismo.
¿Qué otros malos hábitos crees que matan la productividad?
Fotografía | Jaque Mate
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