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Autor: Enrique Benimeli

Ingeniero en Informática y profesor de Programación, Inteligencia Artificial y Robótica en Secundaria. Escribo en Ocho en punto sobre organización personal y tecnología. En Esfera TIC me centro en educación y TIC. Mi web personal es un cajón de sastre, pero en mi boletín, La ventana digital, pongo orden y resumo lo más destacado.

Cuando lo importante es escribir (y solo escribir): del minimalismo de ZenPen a la potencia de Scrivener

Tiempo de lectura: 6 minutos

Para avanzar en un trabajo, creativo o no, la mayoría de veces no queda otra que sentarse (o levantarse, depende) y ponerse a ello. Y especialmente en proyectos de gran envergadura, es fundamental adquirir una serie de hábitos, a veces hasta el punto de tener que establecer un horario fijo para poder progresar en determinados proyectos. Trabajo, trabajo y trabajo. Hasta cuando no apetece.

Decía Pablo Picasso que «la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando». Si un pintor esperara siempre a que le llegara la inspiración (o las ganas de trabajar), probablemente ninguno de sus cuadros vería la luz. Y si un escritor hiciera lo mismo, tampoco pondría el punto final a ninguno de sus libros. Y precisamente sobre el proceso de escribir y las distracciones quiero hablar hoy.

Escribir requiere concentración

Escribir siempre requiere concentración. Pero lógicamente hay niveles. Para escribir un mensaje de WhatsApp o un tweet basta con poner un poco de atención a lo que escribimos. Podemos incluso hacerlo (por educación no deberíamos) mientras tenemos una conversación con alguien. Lo que está claro que este tipo de redacción de textos no supone demasiado esfuerzo y concentración.

Para escribir este artículo o para escribir unas páginas de un libro, ya la cosa cambia. En estas situaciones uno tiene una serie de ideas que desea plasmar por escrito y el proceso de elaboración es más complejo. La construcción de las frases, la elección de cada palabra o el estilo no son tareas que se puedan dejar al azar. Tampoco nos quedamos con la primera versión de lo que hemos escrito. Es habitual una revisión y un proceso de reescribir partes del contenido. En estos casos necesitamos prestar mucha más atención al texto, concentrarnos en él y, en la medida de lo posible, intentar aislarnos del resto. Quizá entonces, metidos a fondo en el trabajo, llegue la inspiración o la idea genial.

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Administra bien tu tiempo: 8 beneficios de la técnica Pomodoro

Tiempo de lectura: 4 minutos

No hay blog de organización personal o productividad que se precie que no presente en algún momento la técnica Pomodoro. Sin ir más lejos, en este mismo blog he escrito un par de artículos que hacen referencia a la popular técnica de gestión del tiempo. Recientemente en «Tecnología a tu servicio: 19 trucos productivos para sacarle minutos al día», lo menciono en la lista de hacks productivos, ocupando un lugar en el consejo número 17. Y en uno de los primeros posts del blog, «Divide (tu tiempo) y vencerás», como era de esperar por el título, era casi obligado detenerse a comentar esta popular técnica. Y el concepto es bien simple.

La Técnica Pomodoro es una técnica muy utilizada por aquellos que intentar mejorar la gestión del tiempo que dedican a determinadas tareas. El método fue desarrollado por Francesco Cirillo a finales de los 80, y basta con realizar una rápida búsqueda en Internet para comprobar la popularidad de la técnica, que comparte lugar en las sugerencias de búsqueda con su significado principal, el de tomate, que es lo que significa pomodoro en italiano. Sorprende que a pesar de la sencillez del método existen certificaciones como la de Certified Pomodoro Technique® Practitioner o Licensed Pomodoro Technique® Trainer. Han sabido exprimir bien el tomate.

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Tu organización personal en números: 22 preguntas incómodas

Tiempo de lectura: 2 minutos

A veces hay que dedicar un tiempo a pensar y hacerse preguntas. Y la organización personal no es una excepción. También este tema merece nuestro tiempo de reflexión. Y hoy me preguntaba cuántas cosas relacionadas con nuestra organización personal no sabemos. ¿Tenemos todo controlado? ¿Todo cuantificado?

De contar va el asunto y para ello lanzo algunas cuestiones cuya respuesta es precisamente un número. Aunque saber alguno de estos datos quizá es completamente irrelevante, conocer la respuesta a alguna de estas preguntas podría ser un indicador de que algún control o interés tenemos sobre nuestra organización personal. O quizá no. Pero al menos las cuestiones invitan a la reflexión, que de eso se trata.

Sin más preámbulos y sin ninguna intención en particular, ahí van algunas preguntas, unas más incómodas que otras.

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Las cinco «W» (y una «H») de Getting Things Done (GTD #3)

Tiempo de lectura: 6 minutos

En el ámbito del periodismo, las seis «W» (también las cinco «W» y una «H») es un concepto relacionado con la redacción y presentación de noticias, fundamental para reunir y presentar con rigor la información; la fórmula básica para obtener la historia «completa» sobre algo. Las cinco W corresponden con las palabras interrogativas en inglés: What (Qué), Who (Quién), When (Cuándo), Where (Dónde) y Why (Por qué). La «H» se refiere a How (Cómo). Estas son también las preguntas que uno se hace cuando valora introducir un método de organización como GTD®.

Comentaba en el último artículo sobre GTD® que el método de David Allen era una solución efectiva al problema de organización. Pero, ¿qué es GTD®? ¿Por qué es una solución a las dificultades en materia de organización? ¿Dónde podemos utilizar GTD®? ¿Cómo se aplica el método? ¿Quién lo puede utilizar? ¿Cuándo conviene aplicarlo? ¿Qué compromiso de tiempo requiere?

Apropiándome del método periodístico para presentar la historia «completa» de GTD®, analizo una a una cada cuestión a partir de las reflexiones de David Allen en su libro Getting Things Done®.

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Anatomía de OneNote: blocs de notas, secciones y páginas (#3)

Tiempo de lectura: 4 minutos

En último artículo sobre OneNote destacaba la sencillez de la herramienta. Comprender la estructura del programa no entraña mayor dificultad. Tan solo hay que pensar cómo organizaríamos la información en una libreta convencional, física, con sus separadores y hojas. Porque esa es precisamente la anatomía de una libreta en OneNote: secciones y páginas. Pero antes de entrar en detalles es necesario saber cómo podemos crear nuestras libretas en OneNote, y sobre todo, cómo acceder a la herramienta.

OneNote es parte de la colección de herramientas de Office a la que podemos acceder de forma gratuita con una cuenta de Microsoft. Desde www.office.com es fácil crear una cuenta personal del tipo usuario@outlook.com, que nos dará acceso automáticamente a distintas herramientas. Si nuestra empresa o institución educativa pone a nuestra disposición alguna suscripción a Office 365 (tiene un coste), también podremos acceder con nuestra cuenta corporativa. Y también tenemos la opción de adquirir por nuestra cuenta una de estas suscripciones para obtener una serie de ventajas premium. No obstante, podemos aprovechar todo el potencial de OneNote con una cuenta estándar de Microsoft.

¿Cómo se organiza la información en OneNote?

La sencilla estructura de libreta-secciones-páginas de OneNote se mantiene en todas las formas en las que se puede utilizar la aplicación, tanto en su versión para dispositivos móviles, como en su versión de programa que podemos instalar en el ordenador o en la que veremos si accedemos desde cualquier navegador web. Incluso, independientemente del sistema operativo que estemos utilizando, Windows o MacOS, OneNote conserva su organización de páginas y secciones en sus libretas. En este artículo haremos la primera parada en la versión para navegadores web, quizá la más sencilla de todas, pero completamente funcional.

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