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¿Influye el formato y diseño en la redacción final de un texto? ¿Es importante la herramienta concreta que se utiliza para la producción de contenido escrito? En principio podríamos pensar que se trata de cuestiones independientes. Suponemos que la calidad de un texto depende exclusivamente de la capacidad del autor, de sus conocimientos, de su imaginación y de su dominio de las técnicas de escritura; todas habilidades que nada tienen que ver con las aplicaciones informáticas utilizadas o con el contexto general y espacio de trabajo en el que tiene lugar la creación. Pero esta es solo la teoría. Los detalles importan y mucho. Que cada maestrillo tiene su librillo y cada bloguero sus manías. Y que yo tengo las mías, una tiene que ver con el texto Lorem ipsum y otra con las históricas máquinas de escribir Underwood.
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Cada maestrillo tiene su librillo…
En la práctica, a algunos no nos vale cualquier procesador de textos. Cada vez son más populares las aplicaciones que nos permiten redactar sin distracciones, con unas tipografías determinadas, con tamaños de letra específicos y sobre un color de fondo perfectamente ajustado, buscando el mejor entorno para la escritura, o al menos uno cómodo y relajado que precisamente nos permita concentrarnos en lo importante: el texto que estamos escribiendo.
No es nada extraño. Sabemos que algunos autores necesitan música para escribir. Otros el silencio más absoluto. Muchos creadores necesitan un entorno físico espartano, sin distracciones, una habitación con una distribución bien estudiada o un escritorio minimalista, libre de objetos y tentaciones. Unos pocos se ayudan de herramientas para elaborar esquemas o diagramas previos a la redacción de sus textos. También hay quien utiliza plantillas ya definidas para pautar sus contenidos. En definitiva: sabemos que una cosa es el texto y otra su formato, pero también es cierto que una buena elección de los detalles de diseño, estructura y espacio de trabajo en general pueden influir de forma muy positiva en la calidad final de los textos. Cada maestrillo tiene su librillo, como dice el refranero español.
…y cada bloguero tiene sus manías
Y cada blogger desarrolla sus manías, por qué no decirlo. Y para muestra, un botón. El mío, si sirve de ejemplo. Yo siempre evito tener que escribir con un procesador de textos convencional (Microsoft Word, LibreOffice Writer, Pages, etc), especialmente si se trata de escritura creativa o redacción de textos de cierta extensión. Sin ir más lejos, en este instante estoy utilizando el programa Scrivener para redactar este texto, con el modo de redacción a pantalla completa, de modo que ninguna notificación ni aplicación del sistema me distrae.
Dentro de Scrivener, el modo focus está activado, lo que permite resaltar el párrafo actual en el que estoy trabajando (este mismo) y atenúa ligeramente el resto. También está activado el modo typewriter, que siempre deja centrado verticalmente el texto, como si de una máquina de escribir antigua se tratara. De hecho, la tipografía que utilizo también es la de una máquina de escribir (concretamente la de una Underwood), pero con letra de color blanco sobre fondo gris muy oscuro.
De acuerdo: podría redactar textos a mano con un bolígrafo en una libreta, o incluso con una Underwood de verdad. Pero, ¿por qué no acomodar el proceso creativo al entorno que más nos gusta?
Para escribir un texto de un blog a veces partimos de una estructura clara que previamente hemos definido. Otras veces es una imagen la que nos inspira y el texto final surge de forma fluida, de principio a fin. En ocasiones apenas contamos con unas palabras clave o simples ideas, aparentemente sin conexión, pero que con el tiempo necesario logramos hilar.
En cualquier caso, muchas veces lo único que sabemos de antemano es la extensión que deseamos para el contenido o la cantidad de palabras a la que tenemos que ajustarnos por obligación. Desde luego en el mundo blog no cualquier extensión es adecuada (tampoco si escribimos un artículo para un periódico). Hay una ley no escrita (o quizá sí esté plasmada en algún lugar) que dice que un post excesivamente largo no es conveniente en un blog (este post ya se me va de las manos…). De hecho, es habitual que un blogger recurra a series de artículos cuando necesita más espacio para presentar por partes todo lo que quiere decir. Por otro lado, un post cuyo contenido cabe en un tuit, pues quizá debería publicarse en Twitter.
Lorem Ipsum: imaginando estructura y contenido
Precisamente para tener cierto control sobre la estructura y extensión de los contenidos, utilizo habitualmente un recurso muy particular. Echa un vistazo a estas líneas:
Este texto es conocido como «Lorem ipsum» y es posible que ya lo hayas visto en algún documento. Se utiliza con frecuencia en el ámbito del diseño gráfico, en demostraciones de tipografías o de borradores de diseño para comprobar el resultado visual antes de insertar el texto final (que posiblemente el diseñador todavía no tiene). Se dice que su uso se remonta a los impresores de comienzos del siglo XVI.
El texto no significa nada, pero no es del todo aleatorio. Deriva de un texto antiguo en lengua latina, al que se han incorporado algunas palabras y del que se han eliminado alguna letras e incluso sílabas. Concretamente el texto se inspira en la obra de Cicerón «De finibus bonorum et malorum» (Sobre los límites del bien y del mal) y que comienza con:
«Neque porro quisquam est qui dolorem ipsum quia dolor sit amet, consectetur, adipisci velit»
Un recurso muy eficaz que utilizo habitualmente es el de rellenar el post que voy a escribir con fragmentos del texto «Lorem ipsum». Como decía, en ocasiones el origen de un artículo resulta ser una imagen, un esquema o un conjunto de palabras clave. Y la acción de visualizar el post aunque sea con un contenido de relleno, puede ayudar a arrancar con el trabajo.
Completar el artículo con párrafos que no significan nada puede resultar absurdo, pero nos puede ofrecer una idea preliminar de cómo podemos distribuir diferentes apartados del texto final, dónde irán las fotografías o gráficos, dónde la introducción. Permite no excedernos, controlar y limitar la cantidad de texto que finalmente reemplazará cada uno de los párrafos ficticios. Además, es una sencilla técnica para evitar al síndrome de la página en blanco. Enfrentarse a un artículo que cuenta con una mínima estructura de párrafos, pero con sus respectivos títulos definitivos y con la distribución de imágenes previamente seleccionadas, puede ser de gran ayuda para inspirar la redacción del texto final.
Existen diversos plugins de WordPress que facilitan el trabajo de añadir párrafos del texto «Lorem Ipsum». Yo utilizo la extensión de Jörg Burbach. Con él podemos personalizar la cantidad de palabras de relleno que queremos insertar.
Existen métodos y herramientas que inciden directamente en nuestra productividad personal. He presentado muchos ejemplo en este blog. Otros recursos, lo hacen indirectamente, pero son igualmente efectivos. Lorem ipsum es uno de ellos, ayudando a imaginar contenido y estructura.
WordPress Plugin | Lorem Ipsum por Jörg Burbach
Wikipedia | Sobre «Lorem ipsum» en la enciclopedia libre
Fotografía «New Post» | pixelcreatures en Pixabay
Fotografía «Escritorio» | Free-Photos en Pixabay
Fotografía «Máquina de escribir» | rawpixel en Pixabay
One Comment
Buenas! Aquí Jaír, de EfectiVida.
Interesante artículo. Muy inspirador para todos aquellos que escribimos, aunque sea por ocio.
En mi caso, por si sirve compartir experiencias, escribo directamente en wordpress. ¡Sí! Soy amante de la efectividad, y todo lo que sea “gastar” tiempo en procesos intermedios me pone malo.
Sobre cantidad de palabras, párrafos, estructura… nada. Simplemente escojo un tema que me inspire en el momento y me lio a escribir. No tengo calendario editorial, ni público objetivo, ni nicho de mercado ni nada de lo que supuestamente debería tener. Lo que sí hago es anotar cualquier idea que se me viene a la cabeza. Tengo una lista de “temas para efectividad” y otra de “temas para reflexiones”.
Como el tema que he elegido me ha tocado algo ahí dentro, y me ha conseguido inspirar, todo fluye. A medida que voy escribiendo, voy investigando, añadiendo fotos, enlaces, lo que vaya viendo bien. Reorganizo sobre la marcha. Es decir, si me parece que hace falta un punto intermedio, lo añado ahí directamente, y continúo. Al final, reviso con el plugin Yoast Seo la parte de legibilidad, y añado algún subtítulo o hago lo que me vaya pidiendo. Me parece que este plugin te da una estructura bastante legible, tanto para los lectores como para las arañas de Google. De todas formas, la cantidad de ajustes es mínima, y con la práctica, cada vez tengo que corregir menos. Incluso me ha pasado con algún post de más de 2.000 palabras, que me ha dado el ok a la primera.
En resumen: simple, sin complicaciones.
Por supuesto, como dices, cada maestrillo tiene su librillo, y lo imporante es ser consecuente con lo que uno es. Ser honesto y transparente. Creo que es esto lo que te permite disfrutar, y ser disfrutado.
Un saludo desde Las Palmas!