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Ocho en punto

Las 8 cualidades TIC de un profesor productivo

Tiempo de lectura: 3 minutos

En ocasiones tengo la sensación de que se suele relacionar la productividad exclusivamente con el mundo de la empresa. Parece que solo los atareados empresarios e inquietos emprendedores tienen el privilegio de poder aplicar conceptos de productividad y organización personal a su trabajo diario. Cualquiera que lea con cierta frecuencia sobre estos temas, sabe que no es así. La productividad es para todos.

En la práctica todos los empleos pueden ser objeto de mejora en términos de productividad. También es cierto que unos se prestan más que otros a introducir herramientas y métodos que permitan obtener mayor rendimiento. Esto se da especialmente en los trabajos de la información y el conocimiento, donde siempre parece haber margen de mejora en los procesos y donde en ocasiones la carga de trabajo parece no tener fin. Se podría decir que hay tanto trabajo como tú quieras que haya. Y la solución no es otra que optimizar recursos.

Docencia y productividad

Pues bien. Si hay un trabajo que debe preocuparse de gestionar bien la información, el conocimiento y los mejores métodos para transmitirlo, es la docencia.

Por un lado el profesor debe preparar y organizar los recursos de aula necesarios para impartir sus asignaturas, y además debe hacerlo en un entorno digital donde la innovación TIC tiene ya una fuerte presencia. Por otro lado, también existe una carga organizativa y administrativa nada despreciable (excesiva en mi opinión) como la de cualquier empresa (salvando las distancias) que conviene gestionar también de la mejor forma. En ambos casos, en las actividades docentes y en las burocráticas, las TIC pueden ser una gran aliada.

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Está desordenado… y lo sabes

Tiempo de lectura: 3 minutos

Me disponía a terminar alguno de los posts que tengo en estado borrador, en concreto sobre alguno de los temas relacionados con el orden digital. Ya sabéis: organización de los datos en archivos y carpetas, cómo sacarle partido a algunas aplicaciones para crear y organizar notas, aplicaciones para la gestión de tareas, etc. Incluso había pensado empezar un nuevo artículo, a partir de esas ideas sin hilar que tengo a la espera en un verdadero cajón de sastre (y digital). Pues ni una cosa ni la otra.

Sentado frente a ordenador, mientras consultaba los borradores y la lista de notas para futuros artículos del blog, observaba que había cosas en mi escritorio (físico) que no estaban en su lugar, o no del todo organizadas. ¿Por qué tengo tantos bolígrafos a mano? ¿Los necesito todos? ¿Funcionan todos…? ¿Por qué tengo objetos sobre la mesa que no utilizo? Estoy viendo los archivadores y me pregunto si todo está dentro clasificado como debería. Y miro también las bandejas apiladas, tres concretamente, que utilizo como inbox de documentos y otros papeles, y que todavía no he procesado.

Y solo he fijado mi atención en la parte visible de mi zona de trabajo. ¿Están el resto de cosas organizadas convenientemente en la habitación? ¿Y en el resto de la casa? De pronto, dentro del orden relativo que puedo encontrar en mi zona de trabajo, he sentido cierto caos, que he necesitado empezar a solucionar. ¿Cómo voy a escribir y aconsejar sobre los beneficios de mantener un orden digital si el orden físico, que es básico, no está resuelto? De algún modo, saber que hay algo físico que no está en orden ocupa también espacio en nuestra cabeza, y también lo hace de forma desordenada.

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Reconectar tras las vacaciones

Tiempo de lectura: 5 minutos

En tiempo de vacaciones es habitual hacer un esfuerzo extra por desconectar de la rutina diaria en general, y del trabajo en particular. Algunos ponemos especial empeño avisando a nuestro entorno personal y de trabajo que no estaremos disponibles durante varios días. Tanto es así que, para no caer en la tentación (o en la trampa), incluso desinstalamos las aplicaciones móviles que nos puedan mantener atados al trabajo o a rutinas personales diarias de las que también necesitamos alejarnos. Desconectar no solo es recomendable, sino necesario.

En el mejor de los escenarios de descanso, durante las vacaciones hemos estado de viaje, al menos lejos del hogar habitual, sin tener que afrontar las tareas propias que exige una casa, o menos preocupados por ello. Además, en este ambiente ideal de desconexión, no hemos tenido acceso a nuestro ordenador personal y a un televisor, por lo que hemos tenido la suerte de limitar la cantidad de información que nos bombardea cada día. Y quizá menos probable, en unas vacaciones de absoluta desconexión digital, no hemos conectado a Internet con ninguno de nuestros dispositivos, voluntaria o involuntariamente.

En cualquier caso, si hemos disfrutado de unas vacaciones relativamente analógicas y ya estamos de vuelta, es momento de reconectar y volver a la realidad, que, por cierto, también está muy bien. Habrá muchas cosas que se irán «encendiendo» automáticamente, que no dependen de nosotros y que habrá que ir asimilando. Otras, sin embargo, están totalmente en nuestra mano y convendrá ir «enchufándolas» poco a poco. Qué prisa hay.

En mi caso, después de un tiempo de desconexión, me he estado planteando una vez más la mejor forma de ir volviendo a la rutina. Como de costumbre, he decidido hacerlo progresivamente, dando prioridad a lo que realmente importa. Escribir un post sobre este tema no era una urgencia, pero ayuda a organizar ideas y todo lo que tiene que ver la organización al menos es importante.

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Drafts: del borrador a la acción

Tiempo de lectura: 4 minutos

Libreta, folio en blanco, app móvil o servilleta de un bar. Cada uno anota donde más le gusta, o donde las circunstancias se lo permiten. Descartamos la memoria, porque ya sabemos que no siempre podemos confiar en ella. Las ideas llegan a nuestra cabeza sin avisar, así que conviene tener siempre a mano un lugar físico, alguna especie de cajón de sastre donde podamos dejar versiones en borrador de las cosas, sin ninguna estructura preestablecida y sin un orden en particular.

Y digamos que «cosa» es esa idea que no ha tomado forma definitiva todavía. No sabemos qué será, o ni siquiera podemos definir lo que es. En ocasiones no podemos determinar si será un texto que finalmente será publicado, o una tarea que estaremos obligados a realizar o simplemente un recurso que compartiremos en redes sociales. Hay ideas que necesitan reposar y deben pasar necesariamente por una versión en estado borrador antes de conocer su destino final. Y en la mayoría de casos estamos hablando de borradores en formato texto. Quizá anotamos un par de ideas, que simplemente verán finalmente el timeline de Twitter. O quizá una sola idea sea el detonante de un interesante artículo que quedará publicado en un blog. O quién sabe, apenas una palabras podrían ser las primeras de una futura novela.

Drafts (borradores, en inglés) es precisamente una herramienta diseñada con este propósito. En ella podemos reunir todas las ideas, de cualquier tipo y utilizando varios formatos, para luego decidir qué haremos con ellas. Podríamos pensar que ya contamos con esta función en la típica aplicación de notas de nuestro teléfono móvil que abrimos para «anotar cosas». Sin embargo, Drafts es mucho más que una app de notas.

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La bandeja y la recopilación consciente (GTD #10)

Tiempo de lectura: 3 minutos

En el último artículo de esta serie sobre GTD, expliqué por qué el proceso de recopilación es una técnica efectiva de gestión de memoria. Capturar todo aquello que tenga apariencia de «incompleto» o de tarea potencial, recopilar cualquier cosa pendiente de hacer, nos permite al menos sacarlo de la cabeza, que no es poco. Y cualquier sistema que permita liberar nuestra mente para ocuparla con otras tareas más productivas, siempre es una buena idea. Por lo tanto, recopilemos.

Además, decíamos que no solo recopilamos en modo digital las ideas o tareas utilizando nuestras herramientas informáticas favoritas, sino que también las cosas del mundo físico también pueden ser objeto de recopilación. Abstractos o físicos, los objetos deben ser capturados en un lugar confiable, y además conviene hacerlo, en la medida de lo posible, en el mismo instante en que aparecen.

Del proceso de recopilación, aparentemente simple, hay sin embargo mucho de qué hablar. Sobre la recopilación de tareas en un programa informático seguramente ya sabemos mucho. En la categoría de «productividad», el catálogo de aplicaciones para mantener listas de tareas es casi infinito. Tendrán su momento y espacio en este blog.

Sin embargo, siguiendo el orden propuesto en el libro de David Allen (muy acertado, por cierto) para hablar de utilidades de recopilación, me gustaría empezar a compartir algunas de las herramientas de «baja tecnología» propuestas por el autor. Siempre entendemos «baja tecnología» como soluciones no digitales. Y hoy hablaré simplemente de las bandejas. Sí, de esas que tenemos sobre el escritorio.

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