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Son las ocho en punto y empezamos el lunes con un primer artículo presentando una herramienta para exprimir algo de tiempo. Decía Henry David Thoreau:
Resulta muy difícil decidir el tema que debe inaugurar este blog. Hay decenas de métodos de organización personal y cientos de aplicaciones que permiten ahorrar tiempo y ser más productivos en nuestro trabajo. Así que es posible que a muchos les sorprenda que sea un programa, y en particular un lanzador de aplicaciones, el que ocupe el primer lugar en este espacio.
Nuestra vida es desperdiciada por los detalles…simplifica, simplifica.
Comienzo con esta categoría de programas porque confieso que es el primer software que instalo en un ordenador cuando este viene de serie, vacío, sin programas instalados. Es mi primer gesto ante un ordenador recién reinstalado (incluso antes de instalar un navegador web distinto al que viene por defecto, algo bastante habitual). Una vez iniciado el sistema por primera vez, voy a Internet y descargo un lanzador de aplicaciones para comenzar a trabajar como a mí me gusta.
Una catapulta es la imagen que me sugiere el término «lanzador de aplicaciones». Para entender por qué, empecemos mejor por el principio.
¿Qué un lanzador de programas?
¿Y qué es un lanzador de aplicaciones? Es una categoría de programas que permite acceder de forma rápida y sencilla a los programas y otros recursos que tenemos instalados en nuestro ordenador. De algún modo, los lanzadores de aplicaciones mantienen actualizado un índice de todo aquello que tenemos guardado en nuestro portátil, tablet o móvil, principalmente la lista de programas, para poder acceder de forma instantánea.
Con esta herramienta ahorramos movimientos y clics de ratón para abrir un programa o un documento. Alguien pensará que solamente son unos segundos y que no merece la pena. Pero al fin y al cabo, los segundos suman minutos, que son los que siempre faltan al final del día. Desde luego, si trabajas habitualmente con tu ordenador, la herramienta es excelente: presionamos una o dos teclas y «lanzamos» (abrimos) el programa que necesitamos. Nos olvidamos de ir buscando entre menús infinitos la aplicación que necesitamos.
Reconozco que la experiencia de utilizar durante años los lanzadores de programas ha sido solo positiva, así que no puedo sino recomendar instalar uno. Es cómodo, fácil de usar y muy práctico.