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Etiqueta: libros

Cuando lo importante es escribir (y solo escribir): del minimalismo de ZenPen a la potencia de Scrivener

Tiempo de lectura: 6 minutos

Para avanzar en un trabajo, creativo o no, la mayoría de veces no queda otra que sentarse (o levantarse, depende) y ponerse a ello. Y especialmente en proyectos de gran envergadura, es fundamental adquirir una serie de hábitos, a veces hasta el punto de tener que establecer un horario fijo para poder progresar en determinados proyectos. Trabajo, trabajo y trabajo. Hasta cuando no apetece.

Decía Pablo Picasso que «la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando». Si un pintor esperara siempre a que le llegara la inspiración (o las ganas de trabajar), probablemente ninguno de sus cuadros vería la luz. Y si un escritor hiciera lo mismo, tampoco pondría el punto final a ninguno de sus libros. Y precisamente sobre el proceso de escribir y las distracciones quiero hablar hoy.

Escribir requiere concentración

Escribir siempre requiere concentración. Pero lógicamente hay niveles. Para escribir un mensaje de WhatsApp o un tweet basta con poner un poco de atención a lo que escribimos. Podemos incluso hacerlo (por educación no deberíamos) mientras tenemos una conversación con alguien. Lo que está claro que este tipo de redacción de textos no supone demasiado esfuerzo y concentración.

Para escribir este artículo o para escribir unas páginas de un libro, ya la cosa cambia. En estas situaciones uno tiene una serie de ideas que desea plasmar por escrito y el proceso de elaboración es más complejo. La construcción de las frases, la elección de cada palabra o el estilo no son tareas que se puedan dejar al azar. Tampoco nos quedamos con la primera versión de lo que hemos escrito. Es habitual una revisión y un proceso de reescribir partes del contenido. En estos casos necesitamos prestar mucha más atención al texto, concentrarnos en él y, en la medida de lo posible, intentar aislarnos del resto. Quizá entonces, metidos a fondo en el trabajo, llegue la inspiración o la idea genial.

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Ser productivo y vivir sin estrés: Getting Things Done de David Allen (GTD #2)

Tiempo de lectura: 2 minutos

No recuerdo la primera vez que oí hablar de GTD®. Con total seguridad fue hace más de 10 años. Lo sé porque la primera referencia que hice en mi blog personal a este método de organización personal fue allá por 2008. Desde entonces y hasta la fecha he sido lector habitual (y aprendiz) de blogs que han cubierto GTD® en profundidad. Complementando la lectura (estudio) de sus artículos con la del libro Getting Things Done® (una y otra vez), he intentado aplicar los principios de productividad propuestos por David Allen con más o menos éxito, creo que como la mayoría en sus comienzos cuando ha intentado poner en práctica el método.

Getting Things Done® plantea una solución al eterno problema de encontrar la fórmula para organizarnos correctamente, un método que nos permita tener todas nuestras tareas bajo control y además nos deje disfrutar del resto de actividades sin llevar siempre encima el peso del trabajo.

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Tus libros en orden con Goodreads

Tiempo de lectura: 4 minutos

¿Cuántos libros tienes en las estanterías de tu casa? ¿Qué libro te tiene atrapado en estos momentos? ¿Cuáles has prestado? ¿Cuántos libros tienes en formato papel y cuántos en formato electrónico? ¿Qué cinco libros están en tu lista «próximamente»? ¿Cuál es el género principal de los libros de tu colección? ¿Qué libros fueron un regalo?

Todas estas preguntas se podrían resumir en una: ¿tienes en orden tus libros y lecturas? Por «libros» me refiero a los objetos físicos (sí, también los e-books). Por «lecturas» me refiero a lo verdaderamente importante: al proceso de leer, el estado de las lecturas, su organización y planificación.

Muchos lectores, especialmente aquellos con perfil de comprador compulsivo en librerías, evitan a toda costa responder a «la gran pregunta»: ¿sabes cuántos libros tienes en casa por leer? Seguramente muchos desconocen el dato. Y en materia de libros, al menos deberíamos saber qué títulos tenemos en casa y, sobre todo, cuántos por leer. Por cierto, dato interesante sería saber el porcentaje de libros de nuestra colección que no hemos leído todavía…

Un primer vistazo a Goodreads

Goodreads puede ser de gran ayuda para poner un poco de orden, virtualmente hablando, en nuestra colección de libros. Además, el hecho de implantar algún tipo de organización digital a nuestra biblioteca personal, implica hacerlo también físicamente. Así que podemos aprovechar doblemente esta actividad de organización. Pero, ¿qué es Goodreads?

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Pon un método de organización en tu vida (GTD #1)

Tiempo de lectura: 3 minutos

Todos tenemos cosas que hacer. Es inevitable. Sean obligaciones profesionales o personales, a diario nos enfrentamos a algún tipo de lista de tareas o algo similar. Hacer la compra, preparar una presentación, organizar un viaje, gestionar un proyecto, etc. Para lograr un poco de orden algunos utilizamos un registro en el que anotar esas tareas, que aparecen en distintos momentos del día y en diferentes ámbitos de responsabilidad (laboral, familiar, educativo, etc.). Otras personas aseguran confiar en su memoria para recordar todo aquello que deben hacer. Permitidme que ponga en duda la efectividad de este último no-método. En cualquier caso, por simple que sea, todos seguimos algún sistema de organización.

No seguir un método no es una opción

A la hora de organizar nuestras tareas diarias, básicamente tenemos tres opciones:

  1. No seguir ningún tipo de organización. Y por tanto vivir en el caos más absoluto, haciendo tareas que probablemente no son prioritarias y olvidando otras tantas. Hay quien prefiere vivir en el desorden, con tal de no ver apuntado todo lo que tiene que hacer. Para alguien que quiera cumplir con todas sus responsabilidades, esta opción no debería ser siquiera una alternativa.
  2. Utilizar un método propio. Con el tiempo, consciente o inconscientemente, en nuestro trabajo o en la vida en general, quizá hemos ido implantando unas reglas que tradicionalmente seguimos de forma sistemática, y que perfectamente podríamos describir y detallar por escrito. Y basándonos en los éxitos y en los fracasos de nuestro método, seguramente hemos ido introduciendo mejoras, eliminando pasos, tomando ideas de aquí y allá, aplicando el sentido común, reinventando y combinando lo que nos gusta de distintas formas de organización.
  3. Adoptar un método existente. Otra de las alternativas es aprender y adoptar un sistema de organización diseñado por profesionales y seguirlo al pie de la letra. En este caso, lógicamente conviene que se trate de un método de organización extendido, de probada eficacia y cuyo éxito esté basado en algún tipo de evidencia. Por este motivo es fundamental no tener la tentación de realizar cambios en el sistema, puesto que estaríamos poniendo en riesgo el buen funcionamiento del método. En este caso debemos aplicar aquello de «si algo funciona, no lo toques».

Tu mente es para tener ideas, no para almacenarlas. –David Allen

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Las TIC para desconectar: 4 propuestas de tecnología al aire libre

Tiempo de lectura: 5 minutos

De pronto nos encontramos disfrutando de un tiempo de vacaciones, de un fin de semana largo o de una jornada libre que no esperábamos. No importa cuántos días. La cuestión es que prometemos desconectar. Pero, ¿lo hacemos realmente? Si desconectar es cambiar de lugar y actividad para dejar atrás la rutina de trabajo, eso lo sabemos hacer muy bien; no cuesta demasiado si tenemos la oportunidad. No resulta sin embargo tan fácil apagar de vez en cuando el móvil, la tablet, la consola de videojuegos o el televisor. A veces tengo incluso la impresión de que hay quienes en vacaciones están más pegados a su móvil que en días de trabajo. Pero bien, decimos que «desconectamos»…

En estas situaciones habría que ser más honesto e intentar pactar con uno mismo para hacer un uso razonable de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). De hecho podemos usar adecuadamente la tecnología para desconectar y es por eso que propongo 4 usos de las TIC al aire libre. Porque descanso y tecnología no son incompatibles: la clave está en el equilibrio.

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